Has terminado. Después de meses, quizás años, has escrito la última palabra de tu manuscrito. La trama es sólida, los personajes respiran y el final es impactante. Pasas el corrector ortográfico, corriges las tildes y las comas rebeldes. Y, sin embargo, cuando lo comparas con la novela de ese autor que admiras, algo no encaja. Tu texto se siente… amateur.
¿Qué separa a un borrador entusiasta de una obra profesional? La respuesta rara vez está en la ortografía (que se da por sentada), sino en la arquitectura invisible de la prosa: el estilo.
La credibilidad de un autor no se gana solo con una buena historia; se gana con una redacción sólida que no haga tropezar al lector. Un lector que detecta torpeza en la prosa, inconscientemente, empieza a desconfiar de la historia.
El problema es que muchos de estos errores son vicios que hemos normalizado. Son muletillas lingüísticas que usamos al hablar, pero que en la página escrita se convierten en lastre. Antes de enviar tu libro a una editorial o de autopublicarlo, necesitas una cirugía de estilo. Estos son los 5 errores más comunes que están saboteando tu credibilidad.

Fuente: https://www.artofit.org/image-gallery/708965166329961461/errores-de-estilo-al-escribir-narrativa/
1. La Plaga del Adverbio «-mente»
Este es el síntoma más evidente de un escritor que prefiere «contar» en lugar de «mostrar». Llenamos el texto de adverbios terminados en «-mente» creyendo que añadimos precisión, cuando en realidad solo añadimos ruido y pereza. Leer más

Fuente: https://dsw.aau.edu.et/stu/adverbios-terminados-em-mente.html
El Error: «Caminó lentamente hacia la puerta y dijo tristemente: ‘No vuelvas'».
Por qué Falla: Es redundante y débil. Si alguien está triste, su diálogo y sus acciones deberían mostrarlo, no un cartel de neón que diga «tristemente». ¿Cómo es «caminar lentamente»? ¿Arrastrando los pies? ¿Con la cabeza gacha?
La Solución (Mostrar, no contar): Busca un verbo más potente o describe la acción.
Versión 1 (Verbo fuerte): «Se arrastró hacia la puerta».
Versión 2 (Acción): «Sus hombros se hundieron. Caminó hacia la puerta, con la mirada fija en el suelo. ‘No vuelvas’, dijo, con la voz rota».
La prosa gana fuerza cuando el verbo hace el trabajo pesado, no cuando necesita la muletilla de un adverbio. Leer más
2. La Epidemia del Gerundio (La acción diluida)
El gerundio («-ando», «-endo») es útil, pero se ha convertido en una epidemia en la prosa moderna. Lo usamos para encadenar acciones en una sola frase interminable, diluyendo el impacto de cada una. Leer más
El Error: «El detective abrió la puerta, entrando en la habitación oscura, buscando el interruptor con la mano, sintiendo el peligro».
Por qué Falla: Es una prosa asmática. En lugar de sentir una secuencia de acciones nítidas, el lector recibe una masa de acciones simultáneas que pierden su individualidad.
La Solución (Frases cortas y verbos directos): Devuélvele el poder a la secuencia. Usa el punto y seguido.
Versión Corregida: «El detective abrió la puerta. Entró en la habitación oscura. Buscó el interruptor con la mano. El peligro era palpable».
Cada acción tiene ahora su propio peso. El ritmo cambia, la tensión aumenta y la redacción se siente profesional.

Fuente: https://escribir.pro/blog/los-gerundios-usos-correctos-e-incorrectos/
3. La «Sustantivitis»: El Miedo a Usar Verbos
Este es un vicio que importamos del lenguaje corporativo y burocrático: la manía de convertir verbos (acciones) en sustantivos (cosas). Es la enfermedad de la «nominalización». Leer más
El Error: «La junta directiva procedió a la implementación de la nueva estrategia para la optimización de los recursos».
Por qué Falla: Es prosa muerta. Es pesada, abstracta y esconde la acción. ¿Quién hizo qué? Se necesitan 15 palabras para decir algo que se puede decir en 7.
La Solución (Encuentra el verbo): Rescata los verbos secuestrados dentro de esos sustantivos feos.
Implementación -> Implementar
Optimización -> Optimizar
Versión Corregida: «La junta directiva implementó la nueva estrategia para optimizar los recursos».
Tu redacción debe ser fluida. Si suena a un formulario de impuestos, estás perdiendo al lector.
4. La Voz Pasiva Innecesaria
La voz pasiva («La casa fue construida por Juan») no es un error gramatical, pero su abuso es un error de estilo garrafal. Es una estructura evasiva, débil y que alarga las frases. Leer más
El Error: «El cuerpo fue encontrado por un transeúnte» o «Un disparo fue oído en la distancia».
Por qué Falla: Invierte el orden natural de la acción (Sujeto-Verbo-Objeto). Oculta al protagonista de la acción. ¿Quién hizo qué? ¡Un transeúnte encontró el cuerpo! ¡Alguien oyó un disparo!
La Solución (Prioriza la Voz Activa): Pon al sujeto a trabajar.
Versión Corregida: «Un transeúnte encontró el cuerpo».
Versión Corregida: «Alguien oyó un disparo en la distancia».
La voz activa es directa, es enérgica y es la voz por defecto de una narración sólida. (La voz pasiva tiene sus usos, claro, como cuando el sujeto es desconocido o se quiere enfatizar el objeto, pero nunca debe ser la norma).

Fuente: https://carlosydamaris.es/oracion-a-voz-pasiva/
5. El Dúo Peligroso: Queísmo y Dequeísmo
Si los otros cuatro errores son de estilo, este es un híbrido de gramática y estilo que funciona como un detector de metales de la credibilidad. Cometerlos es una señal inequívoca para un editor o un lector culto de que el escritor no domina su herramienta. Leer más
Dequeísmo (Poner «de» cuando no va): «Pienso de que está mal» (Incorrecto).
Queísmo (Quitar «de» cuando sí va): «Me di cuenta que era tarde» (Incorrecto).
Por qué Falla: Es un error de oído. Rompe el régimen verbal y suena, simple y llanamente, incorrecto.
La Solución (El truco infalible): Sustituye la segunda parte de la frase por la palabra «ESO».
Dequeísmo: ¿Tú «piensas DE ESO» o «piensas ESO»? -> «Pienso ESO». Por tanto, la frase es: «Pienso que está mal».
Queísmo: ¿Tú «te diste cuenta ESO» o «te diste cuenta DE ESO»? -> «Me di cuenta DE ESO». Por tanto, la frase es: «Me di cuenta de que era tarde».

Fuente: https://prezi.com/p/8kb22tb1laja/2023-queismo-y-dequeismo/
La Redacción Sólida es Invisible
La mejor redacción es como un cristal limpio: no se nota. Simplemente permite ver la historia que hay detrás con una claridad absoluta.
Estos cinco errores son los enemigos de esa claridad. Son manchas en el cristal.
Escribir tu libro es la mitad del trabajo. La otra mitad es la reescritura, la poda, la cirugía implacable de todos estos vicios. No se trata de aplicar reglas rígidas, sino de entender por qué estas estructuras debilitan tu prosa. Si quieres que tu libro sea tomado en serio, debes tomar en serio la forma en que está escrito.
Referencias
Real Academia Española (RAE) – Dequeísmo: (Consulta sobre el uso correcto de «de que»). Recuperado de: https://www.rae.es/consultas/dequeismo
Fundéu (Fundación del Español Urgente) – Abuso del Gerundio: (Análisis sobre el uso y abuso del gerundio de posterioridad). Recuperado de: https://www.fundeu.es/recomendacion/gerundio-un-uso-excesivo-pero-no-siempre-incorrecto-1856/
Libro de Estilo de El País: (Referencia estándar sobre redacción periodística y literaria clara y directa, que aboga por la voz activa y la eliminación de adverbios). Recuperado de: https://elpais.com/manual-de-estilo/
Cálamo & Cran – Errores gramaticales comunes: (Escuela de escritura profesional que trata estos vicios de estilo). Recuperado de: https://calamoycran.com/blog/errores-gramaticales-comunes/











