Tener una buena expresión es importante, tanto hablada como escrita, ya que permite que nuestro interlocutor entienda claramente el mensaje que queremos transmitirle.
No obstante, algunas reglas ortográficas y gramaticales del español pueden resultarnos un tanto complejas y, al no aplicarlas adecuadamente, podemos equivocarnos al redactar.
Por esta razón, en Ediciones Kitzalet te mostramos 10 de los errores más comunes que suelen cometerse en la escritura, para que los conozcas y puedas evitarlos.
Errores comunes al escribir en español
Las normas ortográficas y gramaticales permiten la comunicación efectiva; es decir, que nuestros mensajes, principalmente escritos, sean elaborados adecuadamente y sean comprendidos por nuestros interlocutores.
Sin embargo, en algunas ocasiones este principio no se cumple y es necesario leer varias veces una misma oración hasta entenderla. La confusión entre palabras homófonas y el uso incorrecto de la tilde diacrítica suelen ser dos de los casos más frecuentes. Entre los errores más comunes, destacan:
Queísmo y dequeísmo
Queísmo y dequeísmo son dos de los fenómenos con mayor presencia, tanto en la lengua hablada como en la escrita. El queísmo es la supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado, mientras que el dequeísmo es el caso contrario: el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado.
Para evitar incurrir en cualquiera de los dos errores y saber cuándo usar o no la preposición de en una oración, puedes poner en práctica el siguiente procedimiento: transforma en una pregunta el enunciado que te cause dudas. Si la interrogación debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Ahora, si no la lleva, tampoco ha de usarse en la modalidad enunciativa. Por ejemplo:
- ¿De qué te preocupas? → Te preocupas de que…
- ¿De qué estás seguro? → Estás seguro de que…
- ¿Qué opinas? → Opinas que…
- ¿Qué crees? → Crees que…
Coma criminal y coma vocativa
La coma marca en la escritura las pausas que solemos hacer al hablar. En este sentido, pueden presentarse dos errores al usarla: uno por exceso y otro por omisión.
El lingüista peruano Alfredo Valle Degregori bautizó “coma criminal” al error que consiste en colocar una coma entre sujeto y verbo, o cuando el sujeto es una frase subordinada completa. Nunca debe haber una coma en alguno de estos casos, por lo que los ejemplos de la columna izquierda son erróneos:
X | √ |
Carlos, caminó con su familia al parque. | Carlos caminó con su familia al parque. |
Tomar un café en la merienda, era lo que más le gustaba. | Tomar un café en la merienda era lo que más le gustaba. |
Otro error común en el uso de la coma es su omisión cuando cumple su función vocativa; es decir, para aislar del resto de la oración el elemento que el hablante usa para llamar la atención de su interlocutor. No colocarla puede cambiar por completo el sentido del mensaje. Por ejemplo, no es lo mismo decir “Vamos a comer, niños” que “Vamos a comer niños”.
Recuerda que cuando un personaje se dirige a otro en un diálogo por su nombre o su apelativo, este siempre va entre comas.
Uso correcto del verbo haber
Haber es un verbo impersonal; es decir, no tiene sujeto y solo se conjuga en tercera persona del singular, excepto cuando funciona como verbo auxiliar.
Como verbo principal, lo correcto es decir “hay personas” y “hubo problemas”; a diferencia de las oraciones «hemos comido» o «han viajado», en las que el verbo haber es un verbo auxiliar y los verbos principales –comer y viajar– sí tienen sujeto.
En los dos primeros casos, “personas” y “problemas” no son el sujeto, sino el objeto directo, y el verbo debe concordar siempre con el sujeto y no con el objeto directo. Por lo tanto, el hecho de que ese sustantivo sea plural no hace que el verbo haber se conjugue en plural.
En su forma impersonal, el verbo haber solo puede usarse en tercera persona singular: hay, hubo, habría y habrá.
Otra falta frecuente relacionada con el uso del verbo haber en su función de auxiliar, es la sustitución de su forma conjugada “ha” por la preposición «a». También se comete con esta preposición la confusión de la expresión “a ver” con el verbo haber. La expresión “a ver” indica una acción en la que alguien va a observar alguna cosa, ya sea un futuro cambio, algo que está por venir, o un evento, por ejemplo. Un pequeño truco para asegurarte de que debes usar la forma separada es colocar antes «vamos».
Tilde diacrítica en monosílabos homónimos
La tilde diacrítica tiene como finalidad distinguir dos palabras de idéntica forma, pero pertenecientes a categorías gramaticales diferentes; por ejemplo, los pronombres personales mí, tú y él, de los adjetivos posesivos mi y tu y el artículo el. Este error es común porque son palabras homónimas, y se reconocen mejor por la entonación al hablar:
- Mí, tú y él se refieren a personas o entes personalizados.
- Mi y tu acompañan a un nombre e indican que algo le pertenece.
- El es un artículo, cuya función es determinar un sustantivo.
Falta del signo de apertura de interrogación o exclamación
Los signos de interrogación y de exclamación, o admiración, son signos dobles que sirven para representar en la escritura, la entonación interrogativa o exclamativa, respectivamente, en un enunciado.
Los signos de apertura son característicos del español y no deben suprimirse por imitación de otras lenguas, como el inglés o francés, en las que únicamente se coloca el signo de cierre. A diferencia de los idiomas mencionados, el español no varía la composición de la oración al hacer una interrogación, de ahí la importancia de iniciarla con el signo de apertura que indique una pregunta.
Impreso o imprimido (verbos con doble participio)
La raíz de esta confusión se encuentra en el hecho de que el verbo imprimir es uno de los tres verbos del español actual que tienen doble participio, uno regular y otro irregular:
- Imprimir (imprimido / impreso)
- Freír (freído / frito)
- Proveer (proveído / provisto).
El participio designa acciones o procesos ya finalizados. Puede ser regular (terminado en -do, -da), como “cantado” y “perdido”; o irregulares, como “abierto” y “dicho”.
Ambos tipos de participio pueden utilizarse de manera indistinta para formar tiempos compuestos:
- “He imprimido las tarjetas de invitación” / “Habíamos impreso los volantes para la convocatoria”.
- “Han proveído la farmacia de medicamentos” / “Se había provisto de víveres abundantes”.
- “¿Ya han freído los canapés?” / “Nunca había frito un huevo”.
En los casos en los que funcionen como adjetivos, se utilizan las formas irregulares: impreso, frito y provisto:
- Periódico impreso
- Pollo frito
- Despensa provista.
Hecho/echo
Ambas formas verbales son homófonas y la diferencia entre ellas es tan solo de una “hache” en su escritura. Aunque su pronunciación es la misma, debemos recordar que:
- Hecho es el participio del verbo hacer: “Hecho en Venezuela”.
- Echo es la conjugación en presente de indicativo de la primera persona del singular del verbo echar, que significa “expulsar”, “poner” o “tirar”, entre otras acepciones: “Echo agua a las plantas”.
Valla/vaya, halla/haya/aya, allá
Estos casos también corresponden a la confusión entre palabras homófonas:
- Valla: cerca que delimita un terreno.
- Vaya: expresión de sorpresa o la primera/tercera persona del presente de subjuntivo del verbo ir.
- Halla: Tercera persona del singular del presente de indicativo o la segunda persona del singular del imperativo del verbo hallar, que significa “encontrar”.
- Haya: primera o tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo haber; también es el nombre de un tipo de árbol.
- Aya: persona encargada del cuidado y la custodia de niños y jóvenes.
- Allá: adverbio de lugar.
Hay, ahí, ay
Otro trío de palabras homófonas que se prestan a confusión en la escritura:
- Hay: es la forma impersonal del presente de indicativo del verbo haber. Por ser una forma impersonal, siempre se usa así, en singular, aunque el objeto al que se refiera sea plural.
- Ahí: adverbio de lugar.
- Ay: interjección que expresa dolor, pena o tristeza.
Porqué, por qué, porque, por que
Para poder diferenciar estas cuatro formas, se requiere un contexto gramatical. De acuerdo con la Fundación Del Español Urgente (FundeuRAE):
- Porqué es un sustantivo, sinónimo de “causa”, “motivo” o “razón”, que suele ir acompañado de artículo o posesivo y puede presentarse también en plural: “Los porqués del entrenador no tienen sentido”.
- Por qué es la combinación de la preposición por y el interrogativo qué, usada para formular oraciones interrogativas directas e indirectas: “¿Por qué no has llegado aún?”.
- Porque es una conjunción que equivale a “puesto que”, “dado que”, “ya que”…: “Es difícil porque hay tres equipos más de un nivel muy alto”. Es el inicio de las respuestas a una interrogante encabezada con por qué. También puede tener valor de finalidad con un verbo en subjuntivo, equivalente a “para que”: “Hizo lo que pudo porque (o para que) su trabajo fuera excelente”.
- Por que es la combinación de por y el pronombre relativo que y se reconoce fácilmente porque siempre se puede intercalar un artículo entre ellos: “Ese es el motivo por (el) que decidió no ir”. También puede tratarse de la preposición por exigida por el verbo, el sustantivo o el adjetivo, y la conjunción que: “Los trabajadores votaron por que no se convoque la huelga” (votar por algo).
Podemos ver que, entre los errores más comunes, sobresalen la confusión en el uso de las palabras homónimas y homófonas, así como la omisión del uso correcto de los signos de puntuación en la escritura, que le pueden cambiar el sentido al mensaje que tratamos de comunicar y, en consecuencia, crear mucha confusión en el lector.
Cuéntanos: ¿has cometido alguno de los errores que mencionamos en esta lista? ¿Conoces algún otro que se nos haya escapado? Te leemos…