El día de ayer, 16 de mayo, se cumplieron 105 años del nacimiento de Juan Rulfo, uno de los escritores hispanoamericanos más importantes del siglo XX. Por tal motivo, esta semana, Ediciones Kitzalet rinde homenaje al autor más admirado y leído en su país natal, México, quien mostró un increíble manejo de la prosa para ilustrar la identidad de su pueblo.
Juan Rulfo (1917-1986)

Bautizado bajo el nombre de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, el escritor mexicano fue el tercero de cinco hermanos de una familia pudiente. Ingresó en la escuela primaria en 1924. Ese mismo año falleció su padre y seis años después lo hizo su madre, por lo que quedó bajo la custodia de su abuela, hasta que entró a un orfanato en Guadalajara.
Rulfo vivió su infancia en el campo, por lo que fue testigo de los violentos episodios de la rebelión cristera entre 1926 y 1929, hechos que influyeron mucho sobre sus obras.
Una huelga de la Universidad de Guadalajara le impidió inscribirse en ella. En 1934, Rulfo se mudó a la Ciudad de México. A finales de esa década se inició como escritor y fotógrafo, y a partir de 1945 comenzó a publicar sus cuentos en las revistas América, de la capital, y Pan, de Guadalajara.
Pedro Páramo (1955) fue la primera novela publicada por Rulfo; este texto es considerado uno de los representantes del realismo mágico latinoamericano y uno de los grandes clásicos de la literatura mexicana y en español.
En 1948, Rulfo contrajo matrimonio con Clara Aparicio, unión de la que nacieron cuatro hijos. El amor de Rulfo hacia su esposa quedó testificado en una de las más hermosas cartas de amor de la literatura:
(…) Y la vida se llena con tu nombre: Clara, claridad esclarecida.
Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se rebelara. No tendría ni así de miedo, porque sabría quién lo tomaba.
Y un corazón que sabe y que presiente cuál es la mano amiga, manejada por otro corazón, no teme nada.
¿Y qué mejor amparo tendría él, que esas tus manos, Clara?
He aprendido a decir tu nombre mientras duermo. Lo he aprendido a decir entre la noche iluminada.
Lo han aprendido ya el árbol y la tarde… y el viento lo ha llevado hasta los montes y lo ha puesto en las espigas de los trigales. Y lo murmura el río…

Juan Rulfo también escribió guiones para cine. En 1960 se realizó la película El despojo, basada en una idea suya, mientras que en 1964 se llevó a la pantalla grande El gallo de oro, dirigida por Roberto Gavaldón, con adaptación de Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. La cinta El rincón de las vírgenes, dirigida por Alberto Isaac en 1972, es una adaptación de dos cuentos incluidos en El llano en llamas (1953).
Entre los admiradores de la obra del escritor mexicano estaba el Premio Nobel de Literatura, el colombiano Gabriel García Márquez, quien, a manera de homenaje, inició Cien años de soledad (1967) con una frase muy semejante a una que usó Rulfo en Pedro Páramo: «El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir. Fue la noche en que murió Miguel Páramo».
A lo largo de su vida, Rulfo recibió diversos reconocimientos, entre los que destacan:
- 1956. Premio Xavier Villaurrutia, por Pedro Páramo.
- 1970. Premio Nacional de Literatura, por Pedro Páramo.
- 1976. Elegido miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, aunque tomó posesión en 1980.
- 1983. Premio Príncipe de Asturias.
- 1985. Doctor Honoris Causa, por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sus últimas dos décadas de vida, Rulfo las dedicó a trabajar en el Instituto Nacional Indigenista de México, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología antigua y contemporánea de México.
De Pedro Páramo a El gallo de oro

Juan Rulfo no dejó un legado prolífico. Sin embargo, con tan solo dos novelas y un libro de cuentos –Pedro Páramo, El llano en llamas y El gallo de oro-, se convirtió en el autor mexicano más leído en su país y en el mundo, demostrando su prodigio literario, al retratar la identidad de su país en una forma poética, sin que el lenguaje del pueblo perdiera su esencia.
Pedro Páramo es una novela extraordinaria, un libro inagotable y un clásico de la literatura latinoamericana, que puede ser leído por campesinos y citadinos, logrando una mayor penetración en toda la sociedad. Además, los personajes de Pedro Páramo son sacados de la realidad, con un estilo único, propio de Rulfo, minuciosamente cuidado.
Antes de la novela definitiva, el escritor hizo siete versiones, y aunque tenía toda la imaginación y el conocimiento de su tierra, trabajó con mucho ahínco en la búsqueda de su estilo. En una entrevista realizada en 1973, Rulfo expresó que -al tener los personajes y el ambiente-, decidió hacer esta obra con el lenguaje que él había oído de su gente durante su infancia, el lenguaje de sus mayores, que seguía -y sigue- vivo en el campo.
Juan Rulfo reconoció que Pedro Páramo pasó de ser una novela mexicana para convertirse en universal, pues los problemas humanos son iguales en todas partes: amor, muerte, injusticia, sufrimiento, entre otros.
El eje principal de Pedro Páramo es la búsqueda de un hijo por su padre y la esperanza de encontrarlo, que se ve derrumbada al encontrar decepción y desengaño en una tierra de muertos. En esta novela podemos disfrutar de la estructura narrativa de un escritor moderno que conocía muy bien la literatura de su país. Además de adaptar las técnicas literarias, esta novela convirtió a Rulfo en un autor básico para retratar la identidad del mexicano.
Anterior a Pedro Páramo, Rulfo publicó, en 1953, El llano en llamas, título bajo el que reunió siete cuentos -que ya habían aparecido en la revista América-, e incorporó otros ocho inéditos. Su tercera gran obra, El gallo de oro -escrita como una novela breve en 1958, pero publicada hasta 1980-, relata la suerte de un gallero que alcanzó su fortuna con peleas de gallo en compañía de su caponera. En el 2010 apareció la edición definitiva de este texto, luego de pasar por una revisión cuidadosa del original, que permitió eliminar errores e inconsistencias de la versión previamente conocida.
En todos sus libros, Juan Rulfo se mantuvo fiel a su historia, a su pueblo, a sus mayores, creando arquetipos literarios de la realidad de su país y de su tierra, manteniendo una disciplina férrea, de corrección y más corrección para hacer de sus obras un enorme poema en prosa.
Juan Rulfo es el escritor mexicano más leído y estudiado en su país y en el extranjero, y es quien consideraba que “los problemas sociales se pueden plantear de una manera artística. Es difícil evadir de una obra el problema social, porque surgen estados conflictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo”.
¿Conoces la obra de Juan Rulfo?, ¿Has estudiado alguna de sus novelas? Leemos tus comentarios…