Hay nombres que vienen inmediatamente a nuestra mente cuando hablamos de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), como Gianni Rodari, Michael Ende y J. K. Rowling, por citar algunos. Alguien que no puede faltar en esta lista es Roald Dahl, autor de clásicos capaces de reunir a distintas generaciones en torno a sus textos. Dueño de un estilo crudo y de un ácido sentido del humor, dejó de existir un día como ayer, 23 de noviembre, hace tres décadas. En conmemoración de su fallecimiento, esta semana, en Ediciones Kitzalet, compartimos contigo información sobre su vida y tres de sus libros más conocidos.
Roald Dahl (1916-1990)

Descendiente de padres noruegos, el novelista, cuentista, poeta y guionista Roald Dahl nació en Gales el 13 de septiembre de 1916. Recibió su nombre en honor al explorador Roald Amundsen, director de la expedición que llegó por primera vez al Polo Sur.
Su formación transcurrió en distintos centros educativos británicos; las experiencias vividas en algunos de ellos le sirvieron, años más tarde, como inspiración para sus relatos. Durante la Segunda Mundial, Dahl formó parte de la fuerza aérea británica, hasta que un grave accidente acabó con su carrera y fue traslado a Washington como agregado militar.
Mientras estuvo en Estados Unidos, Dahl fue el encargado de escribir el guion de las películas Solo se vive dos veces (1967) –de la saga del Agente 007, James Bond– y de Chitty Chitty Bang Bang (1968), ambas basadas en libros de su amigo Ian Fleming.
Roald Dahl falleció el 23 de noviembre de 1990, a los 74 años, tras padecer leucemia. En su tumba hay unas huellas del gigante bonachón -personaje que era su alter ego- que simbolizan, de alguna manera, la permanencia y la vigencia del autor.
Luego de su muerte, distintas instituciones se han dedicado a mantener su legado y divulgar su obra, entre ellas la Roald Dahl Children’s Gallery, la Roald Dahl Foundation y el Roald Dahl Museum and Story Centre.
A continuación, te dejamos los títulos de los libros infantiles escritos por este importante autor galés:
- James y el melocotón gigante (1961)
- Charlie y la fábrica de chocolate (1964)
- El dedo mágico (1966)
- El Superzorro (1970)
- Charlie y el gran ascensor de cristal (1972)
- Danny el campeón del mundo (1975)
- ¡Qué asco de bichos! El cocodrilo enorme (1978)
- Los cretinos (1980)
- La maravillosa medicina de Jorge (1981)
- El gigante bonachón (1982)
- Cuentos en verso para niños perversos (1982)
- Las brujas (1983)
- La jirafa, el pelícano y el mono (1985)
- Matilda (1988)
- Essio Trot (1990)
- Los Mimpins (1991)
De todos ellos, seis han sido llevados a la gran pantalla:
- Charlie y la fábrica de chocolate (1971 / 2005)
- Las brujas (1990 / 2020)
- James y el melocotón gigante (1996)
- Matilda (1996)
- El Superzorro (2009)
- El gigante bonachón (2016)
3 clásicos juveniles escritos por Roald Dahl
Sin duda, todos los títulos de Literatura Infantil y Juvenil escritos por Dahl pueden ser considerados textos clásicos. Entre ellos, tres de los más conocidos son los que te presentamos a continuación; destacan, entre otras razones, por haber tenido versiones cinematográficas -incluso en dos oportunidades- muy exitosas:

- Charlie y la fábrica de chocolate (1964). Charlie Bucket es un niño muy humilde que vive con sus padres y sus cuatro abuelos. Charlie y Joe, su abuelo paterno, sueñan con visitar la fábrica de chocolate del pueblo, que lleva años cerrada al público. Willy Wonka, su dueño, organiza un concurso para que cinco niños o niñas puedan visitarla: quienes consigan los boletos dorados -que pueden estar en cualquier barra de chocolate, en cualquier tienda, y en cualquier país- serán los afortunados. Augustus Gloop, Veruca Salt, Violet Beauregarde y Mike Teavee son los primeros cuatro ganadores; Charlie obtiene el quinto y último boleto. Cada uno de los niños y niñas sale de la fábrica a causa de sus manías y su mala educación. Al final, solo queda Charlie, quien recibe el premio sorpresa ofrecido: la fábrica. Willy Wonka busca un heredero que se encargue de los chocolates una vez que él envejezca. Charlie siente temor y no se cree capaz, pero Wonka lo convence de que sí es posible y se va a vivir a la fábrica junto con toda su familia.
- Las brujas (1983). Luke, un niño inglés de siete años, vive con su abuela luego de que sus padres fallecen en un accidente automovilístico. Luke siente fascinación por las historias que su abuela le cuenta sobre las brujas reales: criaturas horribles que intentan matar a niños. Ella, como cazadora de brujas retirada que es, le enseña cómo reconocerlas. Dado que la abuela enferma de neumonía, deben cambiar sus planes vacacionales y, finalmente, se alojan en un hotel de lujo en en la costa sur de Inglaterra. Un día -mientras Luke entrena a sus ratones domésticos, William y Mary, en el salón de baile del hotel-, la «Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad con los Niños» inicia una reunión. Luke queda atrapado en el salón y se da cuenta de que, en realidad, es la reunión anual de las brujas de Inglaterra, las más crueles de todas las brujas reales. La Gran Bruja desvela su plan maestro: convertir en ratones a todos los niños a través de una poción mágica; para demostrar la efectividad de la fórmula, transforma a un niño llamado Bruno Jenkins. Luego de esto, las brujas se dan cuenta de que Luke está en el salón y ha sido testigo de todo lo ocurrido; por lo que lo acorralan y también lo transforman en ratón. El niño -quien conserva algunos de sus rasgos humanos, como la voz- vuelve a la habitación de su abuela y le cuenta lo sucedido. Juntos, deciden acabar con las brujas vertiendo la pócima en la sopa de guisantes verdes destinada para su cena. Al poco tiempo de haber comido, las brujas se convierten en ratones. El personal del hotel y los huéspedes entran en pánico y, sin saberlo, terminan matando a la Gran Bruja y a todas las brujas de Inglaterra.

- Matilda (1988). Matilda Wormwood es una sensible e inteligente niña de cinco años, poseedora de maravillosos poderes. Todos la admiran, menos sus mediocres padres, quienes no se preocupan por ella y la consideran una inútil. Dado que la dejan sola todas las tardes, Matilda comienza a visitar la biblioteca, descubre el fascinante mundo de la literatura y se convierte en una ávida lectora. Gracias a sus lecturas en la biblioteca pública, se da cuenta de que sus conocimientos superan ampliamente a los de sus padres y sus compañeros de clase. Matilda vive una serie de percances y aventuras que involucran a la directora de su escuela, la señorita Trunchbull, y a su maestra, la señorita Honey. Al final, gracias a las facultades telequinéticas de Matilda, todos los problemas logran resolverse. La justicia pretende atrapar al padre de Matilda por vender vehículos robados, pero este decide escaparse a Europa. Sin embargo, Matilda le ruega que le permita quedarse con la señorita Honey, petición a la que su padre accede. De esta manera, la niña y su maestra viven felices para siempre.
Consejos de Roald Dahl para escritores de ficción

Como obsequio final, te dejamos una lista de consejos que Roald Dahl escribió en el relato “Racha de suerte”, incluido en su colección de cuentos Historias extraordinarias, publicada en 1977, en el que detalla cómo se convirtió en escritor. Estos son sus consejos para quien quiera dedicarse a la ficción:
- Tienes que tener una gran imaginación.
- Debes ser capaz de escribir bien. Para ello tienes que hacer posible que una escena se convierta en real en la mente del lector. No todo el mundo tiene esta habilidad. Es un regalo y lo tienes o no.
- Tienes que tener aguante. En otras palabras, tienes que ser capaz de apegarte y nunca dejarlo, hora tras hora, día tras día, semana tras semana y mes tras mes.
- Debes ser perfeccionista. Lo que significa que nunca estarás satisfecho con lo que escribes hasta que no lo hayas reescrito una vez tras otra, haciéndolo tan bueno como seas capaz.
- Tienes que tener una férrea autodisciplina. Estás trabajando solo. No eres empleado de nadie ni nadie te va a despedir si no apareces en el trabajo o va a marcar la casilla correspondiente si empiezas con pocas ganas.
- Ayuda mucho tener sentido del humor. No es vital cuando se escribe para adultos, pero para los niños, es vital.
- Debes tener un grado de humildad. El escritor que cree que su trabajo es maravilloso tendrá problemas.
¿Formas parte de la amplia fanaticada de Roald Dahl? ¿Cuáles de sus clásicos de Literatura Infantil y Juvenil has leído? ¿Cuál de ellos es tu favorito? Te leemos en la sección de comentarios…