La expresión Deus Ex Machina se puede traducir como “dios desde la máquina” o “dios surgido de la máquina”. Tuvo su origen en el teatro griego, cuando una grúa (machina) introducía a una deidad (deus) en la escena para resolver una situación. Generalmente, este recurso se utilizaba para solventar situaciones complicadas o imposibles.
En la literatura actual, este recurso conserva su esencia; se denomina Deus Ex Machina a un elemento externo añadido por el autor que soluciona un conflicto de manera ilógica, sin respetar la coherencia de la historia: un personaje, un poder o un evento, que resuelve una trama compleja de un modo sencillo y rápido.
Las características más recurrentes del Deus Ex Machina son:
- Suele ocurrir en el último momento, cuando la tensión alcanza su punto culminante.
- Es algo o alguien que nunca antes ha salido en escena ni ha sido mencionado, o que ha recibido una atención ínfima.
- Aparece para resolver una situación dramática insalvable.
- No tiene sentido lo que ocurre.
- Con frecuencia, deja con un mal sabor de boca al receptor de la obra.
Más que en la literatura, este tipo de desenlace poco coherente lo encontramos en el séptimo arte: el cine está plagado de Deus Ex Machina. En ocasiones, se da más relevancia a los efectos especiales que a la coherencia de la historia, por lo que es necesario recurrir al Deus Ex Machina para poder resolver el final.
Recursos literarios para evitar el Deus Ex Machina
Existe una serie de figuras, recursos y principios literarios que -bien empleados- evitan al escritor caer en el Deus Ex Machina a la hora desarrollar la trama de su obra o al escribir el final de un cuento, por ejemplo. Algunos de ellos son:
- El Arma de Chéjov. Principio dramático que debe su nombre al escritor ruso Antón Chéjov, quien afirmaba que cada elemento en la narración debe ser necesario e irreemplazable o, en caso contrario, debe ser eliminado.
- Foreshadowing (presagio o presentimiento). Recurso literario en el que el autor sugiere desarrollos argumentales o acontecimiento posibles, que tal vez tengan lugar más adelante en la historia. Su objetivo es crear expectación y preparar mentalmente al receptor durante el desarrollo de la narración.
- Red herring (cortina de humo o maniobra de distracción). Recurso literario que lleva a los receptores, o a los personajes del relato, a una falsa conclusión, a partir de una pista falsa. Es una maniobra de distracción, para que el propósito real pase desapercibido. Es usado frecuentemente en los géneros de misterio o de ficción detectivesca.
- Mcguffing. Elemento de suspenso cuyo nombre responde a una expresión acuñada por Alfred Hitchcock. Es una excusa argumental que hace que los personajes avancen en la trama, pero que no tiene mayor relevancia dentro de la trama en sí.
- Prolepsis. Recurso narrativo que realiza un adelanto temporal en la narración; consiste en interrumpir la línea temporal del relato para darle a conocer al receptor un hecho que ocurrirá en el futuro.
Cómo escribir un buen final
Los escritores contemporáneos podemos erradicar el Deus Ex Machina de nuestras historias a partir de una buena organización de las mismas. Para lograrlo, es recomendable acudir -inicialmente- a los consejos que han dejado algunos de los mejores escritores de todos los tiempos. También nos puede resultar provechoso inscribirnos en algún taller literario o un curso de redacción creativa.
Un argumento bien trazado no tiene por qué desembocar en una trama complicada y sin desenlace aparente. No importa que la solución sea imaginativa, sino que sea creíble para el receptor.
Para prevenir que caigamos en un callejón sin salida y podamos llegar a salvo a la conclusión de nuestra historia, podemos seguir estas recomendaciones:
- Reflexionar sobre lo que contamos. Resulta poco conveniente que incluyamos conflictos, aunque luego no tengamos claro cómo resolverlos, con la única intención de mantener al receptor tenso y expectante.
- Planificar las tramas. Tener un esquema general claro de cada una de las tramas que desarrollaremos en nuestro relato nos permite entender a tiempo la mejor forma de resolverlas.
- Crear sub-tramas. Una forma de que un elemento externo, de cualquier naturaleza, cobre sentido cuando tengamos que incluirlo en la trama, y su presencia no moleste al receptor, es dándole peso en la historia previamente.
Como hemos visto, un Deus Ex Machina puede encontrarse en cualquier género literario. Lo ideal es evitarlo, con argumentos válidos y lógicos a lo largo del relato; la historia debe resultar creíble para el receptor, bien sea lector o espectador.
¿Conocías el término Deus Ex Machina? ¿Puedes darnos un ejemplo de uso de este recurso en tu libro favorito o tu película preferida? Te leemos…