
Admitámoslo: a todos, en algún momento, nos ha resultado difícil comenzar un texto, sobre todo si es narrativo o descriptivo. Por fortuna, existe una gran cantidad de ejercicios de escritura creativa que nos pueden ayudar a superar ese obstáculo.
Conocemos como escritura creativa a la forma de escribir que genera escenarios diferentes a los habituales. Cuando la practicas con frecuencia, tu manera de construir y desarrollar historias cambia radical y automáticamente.
Esta semana, en Ediciones Kitzalet, compartimos 10 ejercicios de escritura creativa que seleccionamos para ti. Si te estás iniciando en el mundo de la escritura, estos ejercicios despertarán tu imaginación y te sacarán de la rutina.
Recomendaciones para comenzar a escribir

Antes de comenzar a practicar tu escritura creativa, ten presente las siguientes recomendaciones:
- Lee mucho, para que las ideas surjan con mayor facilidad
- Practica con frecuencia y diviértete mientras lo haces
- Ninguna idea es descartable, escribe todo lo que se te ocurra y desarróllalo posteriormente
- No te obsesiones con la calidad inicial, ya tendrás tiempo de corregir antes de publicar.
Ejercicios para desarrollar la escritura creativa
A continuación, te presentamos una serie de ejercicios que puedes poner en práctica para estimular tu creatividad al escribir o cuando sientas que atraviesas por el síndrome de la página en blanco:
- Relato a partir de una frase. Con frecuencia, lo más complicado para comenzar a escribir es encontrar un inicio para el relato. Prueba redactar una historia, de al menos un párrafo, a partir de alguna de las siguientes frases; trata de incluir lugares y personajes que amplíen tu texto:
- Cada fin de semana…
- Aquella noche en la playa…
- Mi amigo me sorprendió cuando…
- El día que llegué a la capital…
- Se me hizo complicado organizar las vacaciones porque…
- Historia detrás de la pintura. Escoge una obra de arte reconocida -como Las Meninas, de Velázquez; El grito, de Edvard Munch; Los comedores de patatas, de Vincent van Gogh; Las señoritas de Avignon, de Pablo Picasso o La Gioconda, de Leonardo da Vinci, por mencionar algunos- e intenta contar lo que sucede en el cuadro: ¿qué pasa en la escena?, ¿quiénes son los personajes?, ¿qué hacen?, ¿qué relación hay entre ellos? Plasma en el relato todas las ideas que vengan a tu cabeza.
- Cuento reescrito. Selecciona un cuento de hadas tradicional – como Caperucita roja, Los tres cerditos, Hansel y Gretel, La Cenicienta o El gato con botas, por ejemplo- y reescríbelo. Cambia las características de los personajes principales, tanto físicas como psicológicas, los escenarios en los que se desarrollan los acontecimientos y el final de la historia.
- Palabras al azar. Escribe en un papel una lista de entre 15 y 20 palabras, de diferentes categorías –principalmente verbos, sustantivos y adjetivos-; corta cada palabra de manera individual, dobla todos los papeles e introdúcelos en una bolsa. Luego, saca cinco palabras de la bolsa e inspírate en ellas para escribir un texto narrativo de, al menos, un párrafo. A medida que vayas practicando, aumenta la cantidad de palabras que tomes de la bolsa.
- Lugar favorito. Practica las descripciones. Escoge un lugar que te guste mucho, tu lugar favorito, y descríbelo detalladamente. Más allá de hacer una descripción física minuciosa, trata de transmitir a tus lectores las emociones que ese sitio te produce, las anécdotas que allí viviste y los recuerdos que trae a tu memoria. El objetivo es describir un lugar cercano, que conoces de memoria.

- Viaje en el tiempo. Imagina que tienes el don de viajar tanto al pasado como al futuro y cuéntales a tus lectores lo que ves: ¿dónde estás?, ¿en qué época te encuentras?, ¿viajaste solo o acompañado?, si lo hiciste acompañado, ¿con quién fue? Deja volar tu imaginación y responde tantas preguntas como se te ocurran.
- Historia alternativa. Piensa en tu película o serie favorita y créale una historia alternativa. Imagina cómo serían las vidas de sus personajes cinco o diez años después del final oficial. Relata cómo continuó la relación de la pareja protagónica o si, al contrario, se separaron; si se mudaron de ciudad, tuvieron hijos o conocieron vecinos nuevos.
- Llamada equivocada. Escribe un diálogo entre dos personas que se comunican telefónicamente por equivocación. Describe cómo surgió la llamada, las características físicas y psicológicas de los involucrados y quién llamó a quién. Intenta que la conversación genere una situación confusa y divertida, que siga la estructura de planteamiento, nudo y desenlace.
- Sonido inspirador. Presta atención a los sonidos que te circundan y escoge uno de ellos: las aves al comienzo del día, los vehículos en el tránsito, las sirenas de patrullas o ambulancias, los niños al salir del colegio o los electrodomésticos de tu hogar, por ejemplo. Escribe una historia relacionada con lo que ese sonido te inspira.
- Mezcla de tramas. Elige dos historias que te gusten -cuentos o novelas-, pero que sean muy diferentes entre sí -por ejemplo, Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, y El código Da Vinci, de Dan Brown– y reúne sus elementos. Haz que sus protagonistas interactúen en los diversos escenarios de cada obra. Combina el inicio de una novela con el final de la otra para tener tu propia trama. Incluso, puedes crear personajes para hacer más complejo el resultado final.
Recuerda que la práctica hace al maestro. No te sientas frustrado si las primeras oportunidades te resultan complejas. La escritura, como muchas otras actividades, tiene una curva de aprendizaje. Permite que tus ideas fluyan y plásmalas en tus textos.
Atrévete a desarrollar alguno de los ejercicios propuestos en este artículo y compártelo con nosotros en la sección de comentarios. Te leemos…
Wow, que interesante se ven… Intentaré algunos. Gracias.
Gracias, Melissa. Esperamos que compartas con nosotros tus resultados. Saludos.
A mi no se me había ocurrido nunca buscar este tipo de ejercicios, están buenísimos.