Los diccionarios son de los libros más versátiles que podemos encontrar. Durante mucho tiempo se consideró que solo servían para buscar y conocer el significado de las palabras. De hecho, el propio Diccionario de la Lengua Española (DLE) los define, en su primera acepción, como un “Repertorio en forma de libro o en soporte electrónico en el que se recogen, según un orden determinado, las palabras o expresiones de una o más lenguas, o de una materia concreta, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación”.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, muchos docentes los utilizan como recursos didácticos en el aula, para afianzar los procesos de aprendizaje, no únicamente en el área de Lengua, sino en las demás asignaturas.
En el mundo literario, los diccionarios también representan un gran apoyo, ya que son excelentes herramientas para escritores, editores y correctores. Además de las guías y de los manuales de estilo, cualquier persona que quiera escribir bien -en términos generales- o escribir correctamente una palabra, porque desconoce su grafía, puede consultar estos libros de referencia.
Por esta razón, en Ediciones Kitzalet queremos mostrarte los diferentes tipos de diccionarios que todo escritor debe conocer, principalmente si quiere saber cómo escribir bien un libro.
Lexicología y lexicografía: ¿qué relación guardan con los diccionarios?
Según la Real Academia Española (RAE) la lexicología es el “Estudio de las unidades léxicas de una lengua y de las relaciones sistemáticas que se establecen entre ellas”, mientras que define la lexicografía como la “Técnica de componer léxicos o diccionarios” y la “Parte de la lingüística que estudia los principios teóricos en que se basa la composición de diccionarios”.
Aunque ambas son disciplinas lingüísticas, la primera es teórica y la segunda es práctica. La lexicología analiza las relaciones entre las palabras, la estructura del léxico de las distintas lenguas y el modo en el que estas representan ciertas áreas de significado.
En cambio, la lexicografía recoge y describe formas léxicas y se concentra en una lengua particular. Como tal, la lexicografía es una disciplina instrumental cuyo fin es la elaboración de diccionarios en los cuales se ofrecen información de orden etimológico, categorial, combinatorio, semántico y contextual sobre cada uno de los términos censados.
Tipos de diccionarios según su orientación semántica
Una vez entendido en qué consisten la lexicografía y la lexicología, podemos explicar cómo se clasifican los diccionarios según su orientación semántica; es decir, según el tratamiento que se le dé en ellos al significado de las palabras.
La semasiología es la rama de la lexicología que estudia la relación que va desde el significante al significado, es decir, de la palabra al concepto. El receptor -oyente o lector- capta una serie de elementos producidos por el emisor -hablante o escritor- y, mentalmente, le otorga significación.
En los diccionarios semasiológicos las definiciones van de la palabra a su significado.
Ejemplos de diccionarios semasiológicos son los tradicionales diccionarios léxicos, o de lengua, en los que el usuario busca el significado de una palabra desconocida por él.
Por otra parte, la onomasiología estudia la relación contraria: la que va desde el significado hacia el significante, es decir, del concepto a la palabra.
La onomasiología analiza la relación que los usuarios de una lengua determinada hacen entre una realidad, concreta o abstracta, y las diversas palabras usadas para expresar tal concepto.
En los diccionarios onomasiológicos las definiciones van desde el significado hacia la palabra. Ejemplos de diccionarios onomasiológico son los diccionarios de sinónimos y los diccionarios ideológicos.
Cada uno de estos tipos de diccionario tiene su utilidad práctica: los semasiológicos ayudan en la interpretación de textos, en tanto, los onomasiológicos ayudan en la producción de textos.
Tipos de diccionario según su función
Los diccionarios pueden clasificarse de distintas maneras: según su contenido, su estructura o según el soporte físico en el que se publican, por ejemplo. Según su función, podemos diferenciar los siguientes tipos:
- Diccionarios léxicos (o de lengua). Suelen ser los más conocidos y consultados. Proporcionan una lista de palabras de una determinada lengua junto con la definición de cada una de ellas.
- Diccionarios de idiomas (o bilingües). Incluyen las correspondencias semánticas entre dos lenguas (español – inglés / inglés – español, por ejemplo).
- Diccionarios normativos. Orientan sobre la corrección de los términos definidos y excluyen aquellos casos considerados incorrectos.
- Diccionarios descriptivos (o de uso). Reflejan la lengua tal como la emplean los hablantes, sin valorar la posible corrección o incorrección de las palabras definidas.
- Diccionarios de sinónimos y antónimos. Vinculan las palabras por significados análogos u opuestos.
- Diccionarios etimológicos. Definen el origen de las palabras, la procedencia de sus raíces.
- Diccionarios ideológicos. Agrupan las unidades léxicas en familias semánticas. Es decir, parten de una palabra y añaden vocablos similares o próximos en cuanto a su significado.
- Diccionarios de dudas. Aclaran -como su nombre lo indica- dudas habituales que plantea el uso de una determinada lengua (pronunciación, acentuación, concordancia, calcos semánticos y neologismos, por ejemplo).
- Diccionarios enciclopédicos. Amplían un poco la información relacionada con la palabra consultada, más allá de la sola definición léxica.
Aunque la institución no lo considere como tal, el diccionario normativo por excelencia, para escribir bien en español, es el ya mencionado DLE, anteriormente conocido como DRAE, por ser el diccionario de la Real Academia Española (RAE).
¿Sabías que existían tantas posibilidades de clasificación para los diccionarios? ¿Sueles consultarlos con frecuencia?, ¿con qué finalidad? ¡Déjanos tus impresiones en los comentarios!