¿Alguna vez te has preguntado qué motiva a un escritor?, ¿cuáles son las razones que llevan al autor del libro a dejar plasmadas sus ideas para la posteridad? En un primer momento, la respuesta puede parecer obvia: para que alguien lea lo que tiene que decir.
Pero, ¿qué sucede si, sencillamente, me gusta escribir y lo hago por placer? En ese caso, ¿para quién escribo?, ¿para mí o para los demás?
En el mundo del libro podemos encontrar diversos tipos de autores:
- Algunos buscan lectores y escriben para ellos
- Otros lo hacen con una intención comercial y explotan un nicho en el área de su especialidad
- Hay quienes escriben por encargo, ya que tienen habilidad con la palabra y pueden cubrir demandas específicas de una editorial o de una agencia literaria.
Es decir, si pensamos en textos académicos, informativos o divulgativos, podemos estimar que están escritos para el público.
Motivaciones literarias
Ahora, ¿qué pasa desde el punto de vista estrictamente literario? ¿Por qué escribir? ¿Se escribe por inspiración? ¿O se puede aprender a escribir literatura? Existen autores que escriben porque consideran que se expresan mejor por esta vía que a través de la lengua oral, y dada la magnitud de su necesidad por manifestar lo que no pueden decir con palabras, deciden hacerlo por medio de la escritura.
Son muchos los que escriben para drenar sus emociones, y ponen sobre papel (o en la pantalla) aquello que los hace felices o, al contrario, los atormenta; finalmente, otros lo hacen para dejar volar su imaginación y, gracias a ella, crear nuevos mundos.
Para ilustrar el último caso, podemos citar novelas de escritores famosos: por ejemplo, críticos literarios coinciden al afirmar que Macondo -el pueblo en el que se desarrolla la historia de la familia Buendía en Cien años de soledad (1967)- está inspirado en la Aracataca natal de su autor, Gabriel García Márquez.
Ya sea que escribas pensando en un público objetivo o lo hagas para satisfacer necesidades y gustos propios, la escritura exige amor, pasión y entrega. Es importante que seas paciente, perseverante, constante y disciplinado para alcanzar tu objetivo de convertirte en autor y no permitir que los obstáculos que puedas encontrar en el camino -como el muy frecuente síndrome de la página en blanco– te hagan desistir.
Si aún sientes cierto temor para lanzarte al mundo de la literatura y de las publicaciones, puedes considerar recibir asesoría sobre el tema. Recuerda que en Ediciones Kitzalet estamos dispuestos a acompañarte y apoyarte durante el proceso de creación del libro de tus sueños. ¡Contáctanos!